Religión
Padrecito mío
que desarropas mi cielo
tu nombre se marca (a fuego) en mi pecho
hágase en mí tu Pangea, año cero
No hay mayor voluntad
que seguir despegando los pies del suelo
mi embriague dulce de cada día
Y perdona mis cataclismos
que mi tacto ha nacido solo para andarte
Sigo cayendo en la fatal redención
que me convida tu mar,
Amén.
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